domingo, 12 de enero de 2014

SOBRE TU LAPIDA

Aun subsiste mi amor enajenado
por las brumas del tiempo envejecido.  

En estos años de mi vida solo
muchas veces me he sentido
un luchador enfermo
y ya me siento un vencedor vencido.

Cuando el tiempo ya no tenga estaciones,
el día sea solamente la noche,
en el mar se evaporen  las olas de retorno
y las venas sin sangre
no transmitan al alma la sensación de frio;

entonces...
sin complejo de culpa, sin pecado,
sin el cerebro que le ponga a la conciencia escudo,
en ese lapso de la vida eterna
me pasaré la muerte todo el tiempo contigo.

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